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Timisoara, debido a su conveniente ubicación, siempre ha jugado un rol crucial en el curso de la historia. Ya en la etapa moderna, destacó como primera ciudad libre, debido a que aquí fue donde empezó la revolución contra el régimen comunista de Nicolae Ceaușescu, iniciado en Rumanía en diciembre de 1989. Como resultado, el presidente fue derogado. Actualmente, es la tercera ciudad más poblada del país y sirve como importante nudo de comunicaciones, así como centro industrial y económico y corazón cultural de la parte oeste de Rumanía.

La arquitectura de Timisoara es una mezcla entre el Art Nouveau y el estilo característico de la época de los Habsburgo. La ciudad se construyó alrededor de espléndidos jardines, parques y plazas. Cuanto más nos acercamos al centro histórico, mejor impresión nos llevamos. Vale la pena visitar al barrio industrial y sus impresionantes instalaciones que, pese a haber conocido tiempos mejores, aún pueden mostrar su belleza oculta si se mira con atención. Timisoara es la ciudad de los estudiantes, como se puede comprobar a cada paso. Posee el ambiente agradable de la ciudad que nunca duerme, sin importar si es fin de semana o día laborable.

Timisoara es una ciudad multicultural con colonias alemanas, húngaras y serbias y numerosas instituciones que transmiten el conocimiento de esas minorías. Mientras se esté en Timisoara, al igual que en otras partes de Rumanía, se recomienda probar los vinos locales, que tiene varios siglos de tradición. Las bodegas rumanas son famosas en todo el mundo. Se extienden por todo el país, desde la costa del Mar Negro hasta los Cárpatos.

Recomendamos también prestar atención al arte callejero de Timisoara, con edificios y puentes repletos de murales e imágenes, a los que hasta se dedica un festival internacional. Sin duda, es una ciudad infravalorada, por lo que vale la pena ponerla en la lista de lugares que visitar en tu vida.